Además de las consecuencias fisiológicas desables de la actividad física, hay amplias evidencias científicas de que el ejercicio reporta beneficios significativos para la salud mental. El ejercicio alivia la ansiedad y depresión con varios mecanismos, entre ellos la liberación de determinados neurotrasmisores (serotonina y noradrenalina) y aminas biógenas en el encéfalo. La sensación de victoria, el aumento de la autoeficiencia y la superación personal derivan mayor fuerza para salir de estos estados psicológicos. 



*ANSIEDAD: 

Casi todo el mundo manifiesta síntomas relacionados con estrés, espisódicos y a veces crónicos, en el curso de sus vidas. El ejercicio físico regular alivia los síntomas de los estados de ansiedad relacionados con el estrés. Para muchas personas, es probable que el alivio de la ansiedad mediante la actividad física aporte una nueva razón para perseverar en la participación deportiva. Una razón de los efectos reductores de la ansiedad  es la naturaleza rítmica del estímulo del ejercicio. 


* DEPRESIÓN:

Aunque los médicos suelen tratar la depresión con intervención psiquiátrica, el ejercicio es una alternativa deseable por la relación entre coste y eficacia y por la ausencia de efectos secundarios indeseables. Además, el ejercicio físico parece ser tan eficaz como la medicación en hombres y mujeres con depresión clínica. Como mucha gente experimenta crisis episódicas de depresión en momentos de estrés, parece ser que el ejercicio ofrece un medio apropiado y eficaz de abordarles y sentirse mejor.

El ejercicio alivia la depresión con varios mecanismos, como la liberación de aminas biógenas en el encéfalo. Los niveles centrales de serotonina, un importante neurotransmisor con efectos antidepresivos, son elevados durante y después de la actividad física. Los niveles de noradrenalina , otro neurotransmisor, que bajan durante las crisis depresivas, también aumentan con el ejercicio.