La preadolescencia se corresponde por lo general con los  6 a 11 años en las chicas y los 6 a 13 años en los chicos. Se debe animar a los preadolescentes a realizar de forma regular actividad física para favorecer la salud cardiorrespiratoria y musculoesquelética. La actividad física regular mejora la fuerza muscular, la densidad mineral ósea, la forma física aeróbica, las destrezas motoras, la composición corporal y el bienestar pscicosocial.

El ejericio entre los jóvenes se  ha convertido en un tema importante para la salud pública porque el sobrepeso y la obesidad infantiles siguen aumentando al tiempo que disminuye el nivel de actividad física de la mayoría de los chicos y chicas. Las consecuencias negativas de la obesidad infantil y la inactividad física para la salud son, entre otras, hipertensión y casos de aterosclerosis y diabetes tipo II en niños y adolescentes. La clave consiste en valorar la importancia del ejercicio y ayudar a los niños a desarrollar hábitos y patrones de conducta saludables que perduren en la edad adulta.

 

Como los jóvenes tienen distintas necesidades que lo adultos y su actividad se desarrolla de distinta forma, las pautas del ejercicio para adultos y las filosofías de entrenamiento no deben imponerse a los niños. Los entrenadores personales que sirven de modelo y respaldan la participación en actividades físicas adecuadas para el desarrollo, seguras y divertidas, de acuerdo con las normas culturales, pueden tener una influencia muy poderosa sobre la salud y actividades de los niños.

Las sesiones bien organizadas brindan a chicos y chicas la oportunidad de experimentar el placer de la actividad física y pueden tener efectos persistentes en su salud y bienestar.

 

* ¿El entrenamiento de fuerza puede impedir el crecimiento de mi hijo/a?:

 

Con anterioridad, la preocupación de que el entrenamiento resistido pudiera dañar las láminas epifisarias de los niños o impedir el crecimiento en los jóvenes halterófilos hizo que se recomendara a los niños no practicar el entrenamiento con resistencias. Observaciones actuales ponen de manifiesto que no hay datos de que los preadolescentes crezcan menos practicando ejercicios resistidos dentro de programas supervisados, y no se han registrado fracturas de láminas epifisarias en ningún estudio prospectivo sobre el entrenamiento resistido de jóvenes publicado hasta la fecha. No hay datos científicos que sugieran que el riesgo asociado con programas juveniles de entrenamiento bien diseñados y con supervisión competente sea mayor que el de otras actividades regulares en las que los niños participan habitualmente.

 

Los informes indican que los programas de entrenamiento resistido que se prescriben a los jóvenes pueden:

- Aumentar la densidad mineral ósea.

- Mejorar la composición corporal.

- Mejorar la forma física cardiovascular.

- Desarrollar las destrezas motoras (p.ej., salto vertical y esprín).

- Disminuir los niveles elevados de lípidos en sangre.


* Prevención de lesiones :

 

En algunos casos, los jóvenes necesitan reducir el tiempo que pasan practicando destrezas específicas de su deporte para trabajar más en la preparación físicaComo muchos deportes tienen un importante componente de fuerza y potencia, resulta atractivo asumir que un niño o una niña más fuerte y con más potencia rendirá mejor. Parece probable que los deportistas jóvenes que siguen un entrenamiento resistido tengan más éxito y no abandonen la práctica deportiva por frustración, vergüenza, fracaso o lesiones. 



*Recuerda: El especialista en fuerza y acondicionamiento físico prescribirá y supervisará un programa de entrenamiento seguro y efectivo acorde a la edad de tu hijo/a que favorecerá su salud cardiorrespiratoria y musculoesquelética , además de ser un método potente para la prevención de lesiones y patologías .